Hoy faltan ocho días para que el viernes 20 de enero comience el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife con la gala inaugural y la presentación de las quince candidatas adultas, trece infantiles y ocho adultas que aspiran a convertirse en reinas de Nueva York, acto que será dirigida por Enrique Camacho en la plaza del Auditorio Adán Martín.
Ya en la recta final de los preparativos en los que están inmersos los grupos desde septiembre, el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez, realizó anoche la primera de las visitas oficiales que prevé continuar entre hoy y mañana para agradecer a los grupos en de manera particular demostró la dedicación no solo por cumplir con dar lo mejor de sí, como cada edición, sino también por el esfuerzo realizado para superar la incidencia del covid. Además, recordó que el Ayuntamiento de Chicharrero había nominado a la familia Carnaval, integrada por más de seis mil personas pertenecientes a 102 agrupaciones oficiales, a los Premios Canarias por su aportación altruista a la sociedad.
El alcalde Bermúdez optó por una primera ronda de visitas urbi et orbi sabiendo que el tiempo se acaba. Ainsi, il a profité de l’avant-dernière répétition effectuée par les représentants des huit rondallas du Carnaval avant l’enregistrement d’aujourd’hui pour les remercier de leur contribution et exprimer leur gratitude tant aux personnes présentes qu’aux formations qui en hacen parte. El consejero acudió apoyado por compañeros de Coalición Canaria, entre ellos tres consejeros de Fiestas: Dámaso Arteaga (1995-2001), Gladis de León (2015-2019) y Alfonso Cabello (desde 2019 hasta la fecha). La candidata del CC a la presidencia del Cabildo de Tenerife para las próximas elecciones del 28 de mayo, Rosa Dávila, también vicepresidenta del Parlamento de Canarias, también se sumó a la ronda por el teatro Guimerá y la calle La Noria.
Aunque todo parecía de amor y compañía durante la presencia de los políticos, el director y responsable del número conjunto, Israel Espino -profesor de la UA El Cabo y titular de la actuación por la condición de ganadora de su primer premio rondalla de interpretación en el Junio carnaval- no ocultó su molestia por la baja participación de algunas de las ocho formaciones de la modalidad. Se acordó enviar entre diez y quince componentes al ensayo del número común de la gala y algunas formaciones, a duras penas, cedieron a un representante. A pesar de ello, el maestro Espino utiliza la base de El Cabo para salvar el mobiliario en la interpretación de una obra clásica sin solistas que introducirá las rondallas al ritmo de la marcha de Aída.
Habría que pagar para ver la puesta en escena de Israel Espino, que transforma la partitura en poesía en diálogo con la orquesta de pulso y plectro o con el coro. Equipado con un pupitre, un techo y un banco, el maestro da consejos para matizar la interpretación. «Gracias. El rey no sentirá nada. Gracias», les dice a las sopranos para que las dejen salir; «ustedes dan la luz y ellas dan la oscuridad», comenta en un guiño de latido y al picante como a la importancia que deben tener las voces. «Barítonos, todo hay que taparlo», «bandurrias, compás 46, notas separadas y misma figuración que el 16». «Gracias. Para que funcionen mejor, los cimientos de la casa deben ser rectos». «Gracias. Debe haber más música que la melodía. —Gracias. Los flacos deben tener algo. «Gracias. Medida 71. Todos». «Gracias. Vamos al 125, bandurrias, palo, pato y… (marca cinco con los dedos de la mano)”. «Gracias. El tiempo no recupera» «Anacrusa 91. Necesita tener más peso», para concluir un ensayo que no esperaba que tuviera un desenlace tan positivo.
Ni pico ni triqui
Desde el teatro Guimerá, hasta la calle La Noria, por donde entra en procesión dos murgas históricas: Triqui-Traques (1968), el grupo crítico más antiguo de los que participan en el certamen, y Ni Pico-Ni Corto, que celebra este año la medalla de oro. aniversario de su fundación.
La murga presidida por David Díaz, tercera generación en suceder a Domingo Ortega y Abelardo Díaz, afronta un importante cambio en sus filas con el objetivo de volver al Olimpo murguero, la gran final. Para ello, este año cuentan con un nuevo director, Yeray Lorenzo, que compagina esta faceta con la de letrista, con Juan Bazzocchi, que vuelve a la murga para la que escribió el famoso Paseando por las calles de El Toscal y que incluso realizado en la década de los ochenta. El montaje musical lleva la firma de Francis Trujillo La Juana, que se deja sentir en las bandas sonoras de la murga de El Toscal, su desfile y sus despedidas. Interpretaron un tema de fase para Políticos que incluye un hermoso final, del tipo que hace temblar a los murgueros románticos; sí, después de una carta que va y vuelve. Ni Pico se afianza este año con algunos integrantes de Trinkosos, de La Orotava, con los que comparte dirección y a los que también apoyará en la competición que se disputa en el Norte.
Desde la calle Ni Fú-Ni Fá, donde tiene su sede Ni Pico, hasta la cercana calle La Noria, sede del espectáculo del Carnaval de Murga, Triqui-Traques, que también se estrenó en la sección de música, la última noche estuvo a cargo de Romén Soriano. Banda sonora para abrir boca del desfile, para continuar con uno de los tres cantes preparados por las murgas, dos para el escenario y uno para el final. No descuidan su justificación y su apuesta por volver entre los ocho mejor marcados, tras cuatro años fuera del concurso más codiciado. Y para cerrar, otro clásico, sus despedidas. Al frente, un director que cambia con los años, José Otero Oterito, al frente de un grupo con integrantes formados internamente, desde Yone Delgado -punta de lanza de la carrera, al frente de Triqui-Traquitos- o el propio Emilio López Foronda, quien fuera director de Triqui-Traquitos y cuatro años ya en el escalafón de los grandes. Lo mejor de la velada, ver el local repleto de componentes y sin mascarillas, en una notoria vuelta a los directorios. 18 días y llega el concurso de murgas.
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