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Tag Archives: caso Cursach

Tribunal absuelve a los dos últimos agentes del caso Cursach

Todos absueltos en el caso Cursach. La Audiencia Provincial de Palma absolvió a los dos últimos policías contra los que aún quedaban cargos, por lo que la causa acaba con la exoneración de las 23 personas que se sentaban en el banquillo. La decisión ordena abrir una nueva investigación contra el exjuez Manuel Penalva, el exfiscal Miguel Ángel Subirán y valora los indicios de que 16 testigos cometieron delitos de perjurio durante el juicio, incluido el exinspector de lavado de activos de la Policía Nacional, según la decisión. hecho público por el Tribunal Superior de Justicia (TSJB).

La sentencia considera que tras el juicio existen indicios de que Penalva, Subirán, el ex inspector de blanqueo de capitales “u otras personas” podrían haber cometido delitos de prevaricación, detención ilegal y coacción de testigos y encuestados. Así, ordena deducir de los testimonios las declaraciones rendidas a la audiencia en las que varias personas afirmaron haber sido amenazadas y presionadas por su parte durante la etapa de instrucción del caso. Estos documentos serán trasladados ahora a los juzgados de Palma para que puedan abrir expediente. Estas investigaciones se suman a la causa abierta ante el TSJB contra ellos.

Por otro lado, los magistrados también deducen de los testimonios de las declaraciones rendidas en el juicio por 16 testigos, al considerar que mintieron u ocultaron información durante sus comparecencias. Dieciséis personas están imputadas por estos hechos, incluido el ex inspector de blanqueo de capitales.

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Caso Cursach | Cursach y Sbert exigen más de 30 años de prisión para el juez y el fiscal

Cursach, su mujer y su hija, en la Audiencia de Palma.

Cursach y Sbert buscan penas de más de 30 años de prisión para el exjuez Manuel Penalva y el exfiscal Miguel Ángel Subirán por su actuación durante la investigación del caso. Recientemente absuelto por la Audiencia Provincial de Palma, el magnate y su número dos se atribuyen hasta 23 delitos de revelación de secretos, obstrucción de la justicia, omisión del deber de perseguir los delitos, prevaricación, perjurio y de coacción. También forman parte de la acusación, presentada ante el Tribunal Superior de Justicia, los cuatro miembros del grupo de Lavado de Policía imputados en el caso, por el que también buscan largas penas de prisión. El documento también se presenta en nombre de Jaime Lladó y Antonio Bergas, procesados ​​en el caso Cursach pero absueltos el primer día de juicio.

El documento sostiene que entre 2014 y 2018, durante la investigación, los seis imputados «decidieron vulnerar los derechos fundamentales de los investigados» tanto en el caso Cursach como en las investigaciones de ORA e IME. Asegura que Penalva, Subirán y la Policía «trabajaron coordinadamente como una unidad de acción» y atribuye a los periodistas la filtración de decenas de información «secreta o reservada para generar una opinión social desviada que violaba el derecho a la presunción de inocencia». de los entrevistados. Durante este tiempo, mantuvieron la causa en secreto «para evitar que las defensas accedieran a la información». La carta enumera decenas de información periodística divulgada durante la investigación del caso.

El escrito, presentado ayer ante el TSJB, también atribuye a los seis imputados la detención «injustificada» del hermano y padres de Álvaro Gijón en junio de 2017 para «presionar» al político y «generar un clima de terror» entre la población. encuestado También alega que durante la investigación del caso varias personas fueron encarceladas por no declarar contra Gijón y otros imputados en la investigación del caso ORA. También asegura que la policía de Blanqueo obligó a Sbert a implicar en el caso a José María Rodríguez, bajo amenazas de ir a prisión, y que Penalva y Subirán manipularon las declaraciones de varios testigos durante la investigación.

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Caso Cursach | Cursach será absuelto cuando se retire el último cargo en su contra

Bartolomé Cursach será absuelto. La última acusación contra él, la de los empresarios de Magaluf, también tira la toalla. En una carta enviada hoy a la Corte, la abogada Teresa Bueyes le dijo a la corte que retiraba todos los cargos. Este movimiento también beneficia a la mano derecha de Cursach, Bartolomé Sbert, y al técnico de Calvià Jaime Nadal, que han sido acusados ​​por este partido. Así, el macrojuicio del caso Cursach queda reducido a dos agentes de la Policía Local de Palma.

Horas antes, el empresario Ángel Ávila, quien ejercía uno de los tres cargos privados, también se retiró del juicio. Esta parte solo mantuvo los cargos contra Bartolomé Sbert, para quien exigió una pena de nueve años y medio de prisión. El abogado Álvaro Martín adelantó que tampoco mantiene esta acusación. “Después de practicar toda la prueba, entendemos que no hay suficiente prueba incriminatoria para sustentar la acusación”, explicó al inicio de la audiencia.

Ángel Ávila y sus socios de la discoteca Level/Divino del Paseo Marítimo de Palma mantienen desde hace años graves cargos contra el magnate y un nutrido grupo de agentes de la Patrulla Verde de la Policía Local. Argumentaron que el Grupo Cursach tenía a la policía bajo su mando para realizar inspecciones arbitrarias y promover sanciones injustas contra su empresa. Ávila ha denunciado, tanto ante el Juzgado 12 de Instrucción como públicamente, numerosas maniobras encaminadas a perjudicarle. Durante el juicio dijo que cuando trabajaba para Cursach le llegaban avisos de inspecciones y que cuando empezó a trabajar para el certamen se inició una situación de “acoso”. Reclama una indemnización de 8,5 millones de euros.

Con el retiro de este cargo en particular y la renuncia total de la oficina del fiscal de distrito, solo quedaban dos cargos privados que buscan condenas para Cursach, Sbert y dos policías. La ejercida por el empresario de Magaluf José Manuel Bover, que reclamó casi 40 años de prisión para Cursach y Sbert, así como 13 años de inhabilitación para un ex alto cargo del ayuntamiento de Calvià, Jaime Nadal. Su acusación se basaba en unas vallas que supuestamente el grupo Cursach instaló junto a la discoteca BCM para impedir el acceso de turistas a su local en la plaza Pitiusas. A primera hora de la tarde, su abogado anunció en una carta a la Corte que también se jubilaban.

Tras estos movimientos, el macroproceso se reduce a la mínima expresión. El propietario de Sa Trobada, un negocio situado en la rue Metge Josep Darder, mantiene la acusación contra dos policías de la Patrulla Verde a los que acusa de haber cometido actos de deslealtad que provocaron el cierre del local durante años. Reclama para ellos respectivamente 6,5 y 9,5 años de prisión. Por el momento.

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El caso Cursach es (casi) nada

El camino hacia la absolución de todos los acusados ​​en el caso Cursach continúa despejándose. Los cargos particulares, único soporte del juicio tras la liquidación total de la acusación, también han decidido rebajar sus cargos. Este movimiento de empresarios querellantes redujo la lista de imputados a cinco: el propio Cursach, su mano derecha, Bartolomé Sbert, dos policías locales de Palma y un alto cargo del Ayuntamiento de Calvià. El macro proceso de corrupción queda así reducido a casi nada. Pour aggraver les choses, deux inspecteurs de la police nationale ont passé quatre heures au procès à lancer de sévères accusations contre les enquêteurs – le juge Penalva, le procureur Subirán et les agents du groupe de blanchiment – de manipulation de preuves et de témoins contre les acusados. En la investigación, dijeron, «se recompusieron las piezas», con un «uso tortuoso de la ley» y «abuso de proceso». “Parecía que el final estaba predeterminado”, concluyeron.

Tras la deserción de la fiscalía, que anunció el viernes que retiraría todos los cargos contra todos los acusados ​​porque no apreciaba prueba alguna de delito alguno, la causa siguió desinflada con nuevas renuncias a los cargos individuales. El abogado del empresario, Ángel Ávila, ha retirado los cargos contra Cursach y siete policías, y solo pide 9,5 años de condena para Sbert. El abogado de otro empresario palmesano siguió el mismo camino y redujo su imputación a tan solo dos policías, a los que reclama 6,5 ​​y 9,5 años respectivamente. La abogada Teresa Bueyes, que actúa en representación de un empresario de Magaluf, no compareció y no ha cambiado de postura hasta el momento: más de 39 años de prisión para Cursach y Sbert y 13 años de inhabilitación para un funcionario del Ayuntamiento de Calviá.

Así, ha crecido la lista de imputados ya absueltos de facto. La renuncia del Ministerio Público el pasado viernes exoneró a siete policías y otros cinco -Feliciano Franco, Gabriel Torres, Bartolomé Capó, Felipe Florit y Rafael Amengual-, todos de la Patrulla Verde, quedaron en libertad. Los abogados siguieron dando sus testigos, ahora inútiles porque no tienen nada para defenderse. De los 24 sospechosos que se sentaron en el banquillo el primer día del juicio, solo hay cinco cargos pendientes.

La fiscalía retira todos los cargos del caso Cursach

Con este panorama, el juicio del caso Cursach se ha convertido ya en el precalentamiento del que sentará en la sede del Tribunal Superior de Justicia al exjuez Manuel Penalva, al exfiscal Miguel Ángel Subirán y a cuatro agentes del grupo Blanqueamiento de la Policía Nacional. Justicia por haber cometido delitos durante la investigación. Sus supuestos excesos en las investigaciones ocuparon toda la sesión de la audiencia.

El tribunal escuchó durante cuatro horas a los dos inspectores de la Policía Nacional que investigaban estas supuestas irregularidades. Sus investigaciones son uno de los pilares de la causa abierta en el TSJB, para la que han elaborado ocho informes, y ambos han acusado duramente a los investigadores del caso Cursach. En su comparecencia explicaron que entraron en la investigación a raíz de una denuncia de la señora, la testigo que aseguraba haber regentado un burdel frecuentado por policías y políticos invitados por Cursach, contra dos comandantes de la policía nacional por amenazar con retirarse. sus cargos «Resultó estar mal», afirmaron. “Luego entró otra denuncia por las filtraciones y se incautaron algunos celulares”, dijeron en referencia al decomiso de los teléfonos de dos lavadores de dinero en los que se encontraron cientos de mensajes de grupos de Whatsapp “casuales” en los que Peñalva, van a subir y la policía comentó sobre las investigaciones.

Estos mensajes y sus pesquisas les llevaron a concluir que la investigación del caso Cursach estuvo plagada de irregularidades. Buena parte de sus acusaciones se relacionan con el papel que jugaron testigos como Madame durante la investigación. Por un lado, explicaron que «casi todos los testigos» ingresaron al caso por intereses personales y que fueron utilizados como «misiles a control remoto» contra los investigados. Hicieron especial referencia a la propia señora, «El Ico» y al exempleado de la discoteca Tito’s quien dijo haber visto allanamientos de drogas y orgías para la policía en el establecimiento.

Inspectores de la Policía Nacional dijeron que los mensajes de WhatsApp revelan que los agentes de Penalva, Subirán y Blanqueo repasaron con ellos qué denunciar y a quién imputar. “Le dijeron el nombre de quién iba a meterse en un enfrentamiento y lo que tenía que decir”, dijeron sobre “El Ico”. Señalaron, además, que las acusaciones vertidas por estos testigos fueron aceptadas como verdaderas sin comprobación: “Se usó la declaración de una persona con intereses dudosos para inferir a alguien. No se investigó, y lo poco que se investigó, ningún interés, no se investigó”. traído. Las monedas estaban provistas de un martillo», condenaron.

Sobre las agresiones denunciadas por varios de estos testigos, que resultaron en condenas avaladas por el Tribunal Supremo, afirmaron que eran «falsas» y que servían para justificar la continuación de la prisión preventiva de los imputados. A modo de ejemplo, dijeron que las lesiones que la señora atribuyó a una golpiza en realidad eran resultado de un accidente doméstico.

«Clima de Terror»

También señalaron que algunos de los empresarios que figuraban como cargos particulares, como Ángel Ávila o José Manuel Bover, utilizaron esta investigación para una suerte de ajuste de cuentas con el grupo Cursach tras años de enfrentamientos. Dijeron que trajeron testigos al caso y llegaron a un acuerdo con los investigadores sobre sus apariciones en programas de televisión para discutir el caso. Además, aseguraron que gozaban de un gran poder de acción: “Habían intimidado a todos. Una denuncia de ellos e irías a la cárcel”, dijeron.

«La tesis que defendemos es que la detención y la prisión se utilizaron sistemáticamente para suavizar. Había un clima de terror. Hay gente que ha vivido un auténtico calvario», concluye uno de los policías.

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Caso Cursach | «Sbert me amenazó y empezó el calvario de las incesantes visitas policiales»

El empresario Ángel Ávila detalló este lunes durante el juicio el trato favorable al conjunto de Cursach que vivía desde dentro y el «acoso» sufrido cuando se marchaba a la competición. Ávila, que comparece como acusación particular en el proceso, aseguró haber recibido aviso de inspecciones policiales durante los ocho años que trabajó para el magnate. «Todas las tardes, Sbert o Bergas me llamaban para decirme si el [policías] para bien o para mal”, aseguró. Tras dejar la empresa en 2007 para ir al concurso, comenzó su “calvario”. “Sbert me amenazó y comencé a recibir continuas visitas de la policía local”, dijo. ha dicho el empresario, que reclama 9,5 años de prisión para Cursach y su mano derecha y una indemnización de 8,5 millones de euros.

Ávila fue gerente de la discoteca Pachá entre 1999 y 2007 cuando estaba en manos de Cursach. «Conozco muy bien las medidas que tomó el grupo Cursach para acabar con el enemigo», dijo. En su declaración, nombró a Miguel Estarellas, un policía local de Palma que fue procesado y murió antes de su juicio, como el autor de información sobre los negocios de Cursach. “Él venía muy seguido a informar cosas. Iba a hacer una medición de sonido y vino media hora antes a avisarme”, dijo Ávila. “Todas las noches me llamaban diciéndome si estaban los buenos y podía repasar el volumen y el horario, o estaban los malos y tenía que tener cuidado. Es muy cómodo trabajar así. nos advirtieron sobre las inspecciones de trabajo”, agregó. También aseguró que en una ocasión él, Sbert y el director de Tito’s, Jaime Lladó, fueron a la sede de la policía y hablaron con un comandante para realizar un allanamiento antidrogas en un negocio que compite con Pachá.

Ávila dijo que este trato favorable de los negocios de Cursach lo sufrió en carne propia a partir de 2007, cuando se fue y se convirtió en socio y gerente general de Level, otro centro nocturno Marítimo. Cuando empezó a llevar turistas en autobús al comercio, práctica que practicaban «todos los clubes». “Sbert me llamó y me dijo que dejara de hacerlo. Le dije que no y me amenazó. “Estarellas venía por cualquier cosa y me hacían inspecciones ridículas para molestarme”, dijo, señalando nuevamente al agente fallecido. “Me dijo que Sbert le envió. Fue una persecución”, dijo. Ávila reconoció que hubo problemas con las licencias de comercio y que estaban usando indebidamente los portaboletos, pero aseguró que hubo una “campaña de hostigamiento” porque no se sancionaron las mismas irregularidades que las empresas de Cursach. “Todas las carencias también tuvieron sus discotecas”, aseguró.

El empresario afirmó estar en desacuerdo con Sbert tras la situación: «Creo que está obsesionado conmigo. Dijo que hasta que viva debajo de un puente, no iba a parar». De Cursach, por su parte, dijo que lo «disfrutó» ante la sorpresa del magnate, que armó un escándalo en el banquillo al escuchar sus palabras.

Otro testigo, dueño de la discoteca Level, señaló que el “acoso” comenzó cuando Ángel Ávila llegó a la empresa. Hasta entonces, «se denunciaba como cualquier otro lugar», pero «los empezaron a aplastar y fue un desastre», dijo. De años anteriores, dijo que sabía cuándo Tito apagaba las luces de Deadline. “Entonces sabía que había inspecciones”, dijo sobre supuestas notificaciones al grupo Cursach.

Durante la sesión de este lunes, una funcionaria del Ayuntamiento de Palma también dijo que realizó inspecciones en Tito’s, Megapark y Pachá en nombre del juzgado tras la detención y encarcelamiento de Cursach y Sbert en 2017. Según explicó, comprobó que en todos ellos hubo «muchas anomalías». Dijo que era una «amiga cercana» de la pareja del juez Penalva, pero negó que eso haya influido en su trabajo. También negó haber detectado un trato de favor en la concesión de licencias a los negocios de Cursach a lo largo de su dilatada trayectoria en Cort.

Además, otros dos policías locales de Palma que declararon como testigos se retractaron de sus declaraciones durante la fase de instrucción, en la que presuntamente denunciaron irregularidades cometidas por otros agentes. Ambos señalaron con el dedo al exfiscal Miguel Ángel Subirán por orientar su declaración y asegurar que entonces les «aterrorizaba la idea de ir a la cárcel». Los dos policías negaron haber presenciado actos ilegales o situaciones de acoso por parte de la Patrulla Verde.

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Caso Cursach | Un policía, en el juicio del caso Cursach: «Los GAP tenían órdenes de plantarse frente al Megaparque»

Un miembro del Grup d’Actuació Preventiva (GAP) de la policía local de Palma dijo el miércoles en el juicio que dos de sus comandantes habían ordenado a la unidad establecer una vigilancia «fija» de los negocios en Cursach en Playa de Palma. «Nous étions assis pendant une heure et demie devant le Megapark. Je n’y voyais pas grand-chose, ce n’était pas nécessaire», a déclaré le témoin, ajoutant que ces contrôles statiques «évitaient de nombreux problèmes» à l’ hombre de negocios. y dejó otras áreas desatendidas. Este agente señaló que esta directiva provino de los oficiales Tomás Mas y Carlos Tomás, ambos en el banquillo. «Decíamos en el cuartel que tenía protección contra el Partido Popular, pero era una bolsa de radio», dijo, al ser preguntado por los vínculos de estos mandos con José María Rodríguez y Álvaro Gijón. Pero está a la espera de juicio por el presunto amaño de cierta oposición dentro de la Policía Local cuando Gijón era teniente de alcalde.

Le policier a expliqué que les points de contrôle fixes dans des entreprises telles que le Megapark étaient l’une des nouveautés que Mas et Tomás ont mises en place lorsqu’ils ont pris en charge les unités GAP, qui fournissaient des services à s’Arenal en verano. “Nos dedicábamos a patrullar, pero por un tiempo hacíamos servicios de punto fijo. Estuvimos una hora y media sentados frente al Megapark. No sé por qué. No pude ver mucho allí Aunque son áreas con mucha afluencia, no creo que fuera necesario estar ahí. Pasar era más que suficiente”, dijo.

Policía relata presiones y consejos de sus jefes para ‘beneficiar a Cursach’

Esta situación, que se repetía «varios días a la semana», suponía, a juicio del testigo, un beneficio para el Grupo Cursach. “Lógicamente, si yo soy comerciante y tengo varios policías sentados frente a mi casa, me evitaré muchos problemas”, suplicó a preguntas del fiscal. Este seguimiento fijo de estos negocios ha provocado que se descuiden otras áreas. Obviamente si estuviéramos allí una hora y media dejaríamos de patrullar el resto de la costa de Palma”, dijo. Uno de los defensores intentó con sus preguntas justificar esta presencia fija frente al Megapark, sin éxito. “Desde ahí es más difícil llegar al resto de puntos de s’Arenal”, dijo.

El testigo dijo que durante sus intervenciones en s’Arenal, iniciaron acciones contra los tenedores de entradas de varios comercios por incumplimiento de la normativa, entre ellos los del grupo Curscach. “Dejamos los expedientes en un basurero en el cuartel, esperando a que los procesaran. Pero no sé si han sido procesados”, agregó.

El fiscal preguntó sobre la supuesta relación de Tomás Mas y Carlos Tomás con los líderes del Partido Popular, José María Rodríguez y Álvaro Gijón, y si estos políticos protegían a determinados policías. “Se decía que estaban vinculados al PP y que tenían protección. Eran rumores, comentarios de radio macuto. No puedo garantizar nada», dijo.

El presidente del tribunal interrumpió al testigo cuando el fiscal le preguntó si Tomás Mas «aprobaba la copia», en relación con la supuesta filtración de los exámenes de oposición con los que se había levantado en el cuerpo. “No sé”, dijo el policía, antes de que la magistrada pusiera fin a esta pregunta porque ella misma será la ponente en el juicio de esta causa judicial.

El testigo también fue enviado contra el exfiscal Miguel Ángel Subirán, a quien acusó de manipular su declaración en la fase de instrucción. “Hay varias cosas en mi declaración que, más que mis palabras, vinieron del fiscal. Van a subir. Más que preguntarme, afirmó”, detalló para subrayar ahora que las revelaciones de otras unidades policiales en su sede. antes del Megapark pasaba «»en ocasiones puntuales, como cuando había un Mundial o una Eurocopa».

En la misma línea, otros dos policías locales que declararon ayer denunciaron amenazas y coacciones a Subirán. “Me presionó para que respondiera lo que él quería. Me dijo que iba a terminar detenido y que iba a llamar al concejal para suspender mi trabajo y mi salario”, dijo uno de ellos, quien dijo que el El fiscal «se mostró muy interesado» en incriminar a ciertos compañeros. «Más que miedo, siento violencia o impotencia. Subirán lo que dijo en mi declaración», dijo el otro.

Estos testigos reconsideraron así sus declaraciones durante la fase de investigación, donde señalaron que ciertos locales en los que ejercían misiones de seguridad y vigilancia habían recibido indicios de las inspecciones. Los tres policías locales de Palma que declararon hoy reconocieron haber desempeñado estos puestos en empresas, entre ellas algunas de Cursach. «Estaba mal, pero era habitual» hacerlo entre policías y guardias civiles.

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Caso Cursach | El policía relata la presión y las propinas a sus jefes para ‘obtener ganancias de Cursach’

Un policía local de Palma dijo el martes que había recibido presiones y testigos de consejos de sus jefes para «beneficiar a Cursach». El testigo señaló directamente durante su declaración en el juicio a Gabriel Torres, líder de la Patrulla Verde, y Joan Miquel Mut, líder del cuerpo, ambos en el banquillo. Según su versión, ambos querían que modificara un expediente de inspección de una empresa de Cursach y Torres le informó al gerente de Tito’s que realizarían un control de aforo. El agente no precisó ciertos detalles y la fiscalía acabó calificando de inútil su declaración. “No pudo decir nada. Nos volvieron a dejar sin prueba suficiente de la acusación”, dijo el fiscal Tomás Herranz.

El policía estuvo más de 13 años en la Patrulla Verde y en los últimos años ha denunciado diversas irregularidades cometidas por otros agentes, entre ellos varios de los procesados. En julio de 2007, participó en una inspección de un negocio de Cursach que estaba abierto a pesar de una orden de cierre. “Tomamos el acta y el lunes Gabriel Torres nos llamó e intentó que cambiáramos las cosas. Como no queríamos cambiar nada, se reunió con Mut y nos dijo que las cambiáramos. Eran pequeños cambios. ,» él dijo. «El propósito era facilitar la apelación del señor Cursach», agregó. El juez que presidía quería que le explicara en detalle por qué estaba celebrando esto y qué cambios estaban involucrados. La policía dijo que no recordaba, pero insistió en que «nunca» le habían preguntado algo así.

El testigo relató también una supuesta denuncia de un control de aforo de la Patrulla Verde en una discoteca de Cursach en el Marítimo. “Entré con Torres a la una de la mañana y nos reunimos con el gerente de Tito’s. Torres le dijo: ‘Hay dos formas de hacer las cosas. Una es la que te mereces, es de ti que dices que en a las tres vamos a venir a hacer una inspección y la otra va a venir sin avisar”, dijo el testigo. Tanto el fiscal, que eliminó este episodio de su acusación, como la defensa han preguntado si puede deberse a un “ acción preventiva” e incluso aludió a la tragedia del Madrid Arena para justificarla. El testigo rechazó esta tesis. “Yo vi que era una persona que le tenía miedo a Cursach”, dijo de Torres.

El policía también dijo que la Patrulla Verde tenía «órdenes verbales de Torres» para informar a los mandos cuando iban a realizar actuaciones en la playa de Palma. “Esto no ha pasado con ningún otro barrio de la ciudad”, dijo el testigo, quien señaló una maniobra para alertar a los vecinos de las inspecciones que se iban a realizar. También explicó que durante la investigación del caso Cursach había recibido «amenazas y coacciones».

El abogado de Sbert acusó al testigo de mentir y quiso presentar documentos para probarlo. El fiscal Tomás Herranz aprovechó entonces para juzgar «inepta» la declaración del testigo. «No pudo decir nada. Lamento que esta persona haya causado confusión durante la investigación. Nos dejaron nuevamente sin pruebas de acusación. No hay nada».

Comida policial gratis en un Cursach local

El testigo aseguró que había policías locales que trabajaban en los comercios de Cursach y otros empresarios en los locales de ocio nocturno y añadió que les invitaban a beber. Dijo que en una ocasión «18 o 20» policías se reunieron en un Cursach local. “Al final nos dijeron que estábamos invitados. La mitad nos negamos y pagamos, los demás no”, dijo el testigo. «Fue un caso Cursach, pero no sé quién pagó», admitió a preguntas del fiscal.

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El juicio de Cursach se reanuda con el testimonio de 230 testigos

Vuelve el caso Cursach. El macro juicio por la trama de corrupción policial, política y comercial en torno a Bartolomé Cursach se reanuda este lunes con el inicio de la fase testimonial. La acusación, las defensas y las denuncias particulares han citado a declarar a 230 personas, cuyos interrogatorios se prolongarán en 40 sesiones hasta el 22 de diciembre, según el cronograma facilitado por la sección primera de la Audiencia Provincial.

Las declaraciones de los testigos parecen ser clave para resolver el caso, luego de que los 17 imputados restantes negaran su participación en algún delito. La fiscalía mantiene elevadas las exigencias de prisión para muchos de ellos, policías locales de Palma acusados ​​de cometer numerosas ilegalidades. Pero el Ministerio Público, que al mismo tiempo mantiene graves cargos contra el juez y fiscal a cargo del caso Cursach, Manuel Penalva y Miguel Ángel Subirán, rebajó su postura en vísperas del juicio: desvinculó a Cursach de la trama de corrupción la policía, eliminó los presuntos sobornos del empresario a agentes y redujo su pedido de condena al magnate a un año y medio de prisión.

El fiscal citó a 71 personas. Entre ellos, algunos de los testigos protegidos de la investigación, como un exempleado del grupo Cursach o Francisco Tomás Fernández, ‘El Ico’, el hijo de ‘La Paca’, quien durante la investigación acusó a varios policías de acusar de sobornos También llamó al ex inspector del grupo de lucha contra el blanqueo de capitales de la Policía Nacional, actualmente investigado en el caso Penalva y Subirán, ya dos policías locales de Palma que presentaron las primeras denuncias sobre las prácticas de sus compañeros. La lista de la fiscalía también incluye a los dueños de locales nocturnos que presuntamente fueron hostigados y castigados injustamente por la Patrulla Verde.

Los empresarios agraviados que comparecieron en el proceso a título particular también serán interrogados por las partes. Además, sus abogados llamaron a declarar a unas 30 personas, entre ellas muchos policías locales de Calvià, en un intento de demostrar que las empresas de Cursach estaban recibiendo un trato preferencial frente a sus competidores en zonas como Magaluf.

Solo dos personas figuran en la lista de testigos propuesta por el magnate. Fueron los agentes de la Policía Nacional, conocidos como “Los Juanes”, quienes adelantaron las pesquisas por las supuestas irregularidades de Penalva, Subirán y el grupo de lavado de activos en la investigación. En sus informes detallados aseguraron que durante la investigación se manipularon pruebas y testigos.

El resto de imputados pretenden defenderse con las declaraciones de otras 120 personas, entre ellas varios excomandantes del cuartel de Sant Ferran y un nutrido grupo de policías locales que fueron imputados en este caso y posteriormente exonerados. También se incluyen el exalcalde de Calvià y exconsejero Carlos Delgado. Con ellos pretenden revelar la falsedad de las acusaciones y las irregularidades cometidas en la investigación.

Tras esta fase del juicio, que durará los próximos dos meses y medio, será el turno de los peritos, ya en 2023. A continuación, las partes presentarán sus conclusiones finales y el caso será considerado para sentencia. Aunque el juzgado ha reservado la agenda hasta el próximo abril para este macrojuicio, la reducción del número de testigos -inicialmente eran 355- podría acortar los retrasos en varias semanas.

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El abogado de Cursach pide su absolución por «violación de derechos»

El abogado del empresario Bartolomé Cursach, Enrique Molina, pidió este martes al tribunal la absolución por «violación de derechos» del magnate. En la segunda sesión del juicio por concierto para delinquir por presunta corrupción policial, comercial y política. El abogado Enrique Molina dijo que “no hubo investigación con un juez independiente, por lo que es manifiestamente nula”. El letrado acusó a los exjueces Manuel Penalva y Miquel Florit por la forma en que llevaron la investigación, asegurando que Cursach no tuvo la oportunidad de declarar ante un juez imparcial durante todo el proceso.

En su alegato, también criticó el mosaico de la acusación hecha por la fiscalía. Molina mostró el documento lleno de clavos presentado por la fiscalía diez días antes del juicio, que a su juicio supone «un desistimiento de la acusación tácita» contra Bartolomé Cursach, pese a que pide una pena de un año y medio. en prisión por él. «Ninguna de las acusaciones atribuye ninguna conducta específica a Cursach», señaló. Esto supone una «violación de los derechos fundamentales» del empresario.

Molina también acusó duramente a Penalva y al exfiscal Miguel Ángel Subirán: “La investigación quedó totalmente viciada por los falaces intereses del juez y del fiscal”, condenó.

Juicio del caso Cursach: una acusación alérgica al confeti y simpatizante de los magnates

El procurador también planteó otras cuestiones previas al juicio para buscar la nulidad del juicio, que el resto de abogados defensores, fiscales y acusación particular deberán pronunciarse a lo largo de esta mañana.

Hoy se sientan en el banquillo 17 acusados, tras la absolución de hecho por el retiro de los cargos contra seis acusados ​​que se produjo ayer, durante la primera sesión de la audiencia oral. La exdirectora general de Turismo, Pilar Carbonell, gerente de este departamento, tres hombres fuertes del grupo Cursach -el exdirector de Tito’s, Jaime Lladó; el responsable del área VIP, Arturo Segade; y el expolicía Antoni Bergas- y un funcionario del Ayuntamiento de Palma, fueron exonerados cuando se retiraron todos los cargos en su contra.

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La Audiencia y la jueza Florit vulneraron los derechos de los periodistas Kiko Mestre y Blanca Pou en el caso Cursach

Los periodistas Blanca Pou y Kiko Mestre, en protesta por la incautación de sus teléfonos móviles.

El juez Miguel Florit y la Audiencia Provincial de Palma vulneraron los derechos fundamentales de los periodistas Kiko Mestre, de Diario de Mallorca, y Blanca Pou, de Europa Press, durante la instrucción del caso Cursach. Esta es la conclusión del Tribunal Constitucional (TC) que consideró los recursos interpuestos por los dos profesionales. La condena no solo indica que se les debería haber permitido aparecer agraviados luego de que se revisaran sus celulares y computadoras para descubrir las fuentes de su información, sino que no se consideró debidamente que esta intervención afectaba directamente derechos constitucionales como la libertad de expresión, información y secreto profesional. La sentencia declara la vulneración del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva y si bien anula varias resoluciones dictadas al respecto y ordena la cancelación de las acciones, ésta no tendrá efectos prácticos.

El juez Miguel Florit -ya jubilado- ordenó el rastreo de las llamadas y la incautación de los teléfonos de los dos periodistas a finales de 2018 como parte de una investigación por revelación de secretos para averiguar quién les dio información sobre el asunto Cursach. La Constitución señala que se trataba de medidas «particularmente invasivas e indiscriminadas» que suponían una «grave intrusión en la intimidad» de Pou y Mestre, que no estaban siendo investigados por ningún delito. Además, esta decisión de Florit, posteriormente aprobada por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Palma, «afectaba directamente al derecho al secreto profesional de los periodistas y podía generar un efecto disuasorio en la colaboración de los ciudadanos con los medios de comunicación», hecho que se no ponderado adecuadamente, toma la decisión. “Las limitaciones a la confidencialidad de las fuentes periodísticas deben estar sujetas a un control de proporcionalidad mucho más riguroso que cualquier otro medio de investigación”, concluye la sentencia del TC, que marca así la “protección especial” de la que deben gozar los reporteros.

Además, el juzgado indica que se vulneró el derecho a la tutela judicial efectiva de Mestre y Pou al no permitirles comparecer en el proceso para defender sus intereses y recurrir el embargo de sus motivos en las sucesivas resoluciones de Florit y de la Audiencia Provincial. El TC entiende que los dos periodistas tenían plena legitimidad para ser parte de la causa judicial abierta por vulnerar sus derechos fundamentales. “Las decisiones judiciales han privado indebidamente de la protección del control judicial correspondiente” a los dos profesionales, indica la resolución, que concluye que ni el juez de instrucción ni la Audiencia Provincial valoraron debidamente esta circunstancia.

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