Señales de una nueva era para el Homo Sapiens

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En un planeta superpoblado y agotado, la nueva economía compartida es la clave para la supervivencia. Las iniciativas y empresas basadas en el postulado no individualista están floreciendo por todas partes, abriendo una nueva era en la historia del Homo Sapiens.

En España hay 32 millones de vehículos en circulación, la mayoría de ellos de un solo usuario, contaminando gravemente a 47 millones de habitantes. Hacemos ricos a un puñado de productores de petróleo, incluida Rusia, en un absurdo ejercicio de masoquismo económico. Urge acabar con las tonterías y ya se vislumbran muchos signos en el horizonte que parecen alumbrar una nueva era para el Homo Sapiens, en la que volverá a sus orígenes tribales, basados ​​en compartir, con la ayuda de las tecnologías digitales.

La movilidad como servicio está cobrando impulso. Los vehículos individuales, estacionados el 90% de su tiempo disponible, están dando paso a los alquileres compartidos, de los cuales Uber y Lyft son solo un ejemplo. Luego está la micromovilidad de los scooters y todo tipo de dispositivos compartidos. Y cerca hay vehículos autónomos.

Todos estos eventos ocurren simultáneamente y configuran un apagón total, también alimentado por tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT). Al mismo tiempo, se atacan las crisis ambientales y las desigualdades económicas. Hacia un mundo más justo y sostenible.

El drama de la soledad.

En otro orden de cosas, hay en España cinco millones de personas que viven solas, que pagan alquileres, hipotecas y gastos de todo tipo, con el añadido de que, en un porcentaje muy alto, su soledad no es buscada, sino apoyada. Aproximadamente el 50% tiene más de 65 años y el 71% son mujeres.

Otra estupidez económica que se suma al drama humano. Las residencias de ancianos donde las personas son almacenadas hasta la muerte, separadas de sus familias, es un sistema tan injusto como ineficiente.

El movimiento hacia la vivienda colaborativa, también llamado Coliving y Cohausing, recién comienza, pero tiene un futuro brillante por delante.

Un pequeño grupo de personas, generalmente con ciertas afinidades, acuerdan convivir de forma autogestionada, en viviendas diseñadas ad hoc, con una dinámica de ayuda mutua.

arquitectos futuristas

Los arquitectos de vanguardia empiezan a ofrecer diseños muy interesantes, con habitaciones individuales, terrazas y estudios, incluso cocinas pequeñas, pero con zonas comunes muy estudiadas, para conseguir el justo equilibrio entre intimidad y ayuda mutua. Por supuesto, esto puede incluir huertos y grandes espacios verdes compartidos.

La cocina, la comida y la limpieza se pueden alquilar. Las cifras y presupuestos de estos proyectos son en principio muy favorables y los gobiernos y autoridades harían bien en apoyarlos y promoverlos.

España, por su clima y su excelente oferta gastronómica, es un país especialmente indicado para estas iniciativas, pero en países como Holanda, el norte de Europa, Francia y Alemania, se adelantan.

Podemos citar en nuestro país algunas iniciativas, aún escasas, en marcha. Por ejemplo, la vivienda rural colaborativa impulsada en el municipio gallego de A Estrada, con el apoyo de la Xunta. Otros en un pueblo cercano a Madrid.

economía colaborativa

En Alicante existe un interesante grupo impulsado por el ayuntamiento, que facilita la convivencia intergeneracional, para que las personas mayores sean sistemáticamente visitadas y atendidas por jóvenes y niños. RTVE, en una reciente emisión de su Informe Semanal, informaba de esta fructífera convivencia.

Estas son dos áreas importantes de la nueva economía SHARE, pero sus variaciones pueden ser múltiples. Desde hace unos miles de años, el Homo Sapiens, desde la invención de la agricultura, ha basado su existencia y su economía en el individualismo y la propiedad, lo que ha alimentado innumerables guerras y conflictos.

Estamos en el punto exacto donde se debe revertir tan nefasta tendencia, porque el planeta no puede soportar más depredación y consumo individual, crecientes desigualdades y crisis ambientales. Los empresarios de empresas compartidas son bienvenidos.

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