La transición energética hacia fuentes sostenibles es fundamental para luchar contra la emergencia climática. Y en este proceso de descarbonización del sistema energético en las próximas décadas, el auge de las energías renovables es la herramienta más evidente y la opción más viable a medio plazo. El despliegue de las energías verdes se acelera y bate récords en plena crisis energética, pero sigue siendo muy minoritario frente al liderazgo mundial que mantienen el carbón y el gas natural como fuentes de producción de electricidad.
Los parques eólicos activos y las plantas de energía solar en todo el planeta concentraron un récord del 12,1% de toda la producción mundial de electricidad el año pasado, frente al 10,3% registrado en 2021, según un informe del grupo de expertos especializado en temas energéticos Ember. Un nuevo récord histórico basado en el crecimiento tanto de la eólica (que pasó del 6,6% al 7,6% de la producción eléctrica mundial, con 2.160 teravatios hora, TWh) como de la solar (del 3,7% al 4,5%, hasta los 1.284 TWh). ).
Casi un 40% de luz, sin CO2
La cuarta edición del Global Electricity Review del grupo de expertos Ember -con datos de 78 países que concentran el 93% de la demanda eléctrica mundial- confirma que la energía solar ha vuelto a ser la fuente de producción de mayor crecimiento durante el decimoctavo año consecutivo, con un incremento del 24%, seguida de la eólica, con un aumento de producción del 17%.
La combinación de todas las energías sin emisiones de CO2 (eólica, solar, nuclear e hidráulica) marcó un nuevo récord el año pasado con el 39% de la producción eléctrica mundial. Las centrales hidroeléctricas mantuvieron su participación en el 15 % de la producción mundial y las centrales nucleares redujeron levemente su contribución al 9,2 % (frente al 9,9 % en 2021).
Emisiones récord
A pesar de la expansión de la energía verde, el carbón y el gas aún están muy por delante a nivel mundial como las principales fuentes de generación de electricidad. Las centrales eléctricas de carbón volvieron a producir el año pasado el 36% de la electricidad mundial y aumentaron su producción un 1,1% hasta alcanzar los 10.186 TWh. Y las centrales de gas siguen siendo la segunda fuente de producción con el 22% del total y con producción estabilizada (-0,2%), con 6.336 TWh.
El aumento de la demanda mundial de electricidad (+2,4%) y la fortaleza del carbón y el gas como principales fuentes de producción provocaron un aumento del 1,3% en las emisiones globales de CO2 del sector energético mundial, alcanzando un nuevo máximo histórico de 12.431 millones de toneladas. . En 2021, las emisiones registraron un aumento histórico del 7%, impulsadas por la recuperación económica tras el cierre por la pandemia.
¿Disminución de los combustibles fósiles?
La brecha entre las energías verdes y el tándem carbón-gas -las que más efectos invernadero emiten- sigue siendo muy amplia, pero Ember vaticina en su informe que este año podría suponer un punto de inflexión hacia una nueva era en la que la producción de electricidad de los combustibles fósiles comienza su declive. «Este es el principio del fin de la era de los fósiles», dice el autor principal del informe, Małgorzata Wiatros-Motyka. “Estamos entrando en la era de la energía limpia”.
Las estimaciones del think tank para este año se dan porque se alcanza el pico de emisiones de CO2 del sistema eléctrico global y es el último año de crecimiento en la generación con combustibles fósiles, asegurando que las energías propias puedan cubrir todo el crecimiento de la demanda global (el año pasado, cubrieron el 80% del aumento del consumo). “Habría una pequeña caída en la producción fósil (-0,3%) en 2023, con más caídas en los años siguientes a medida que se acelere el despliegue de la energía eólica y solar”, anticipa la organización.
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