Walt Disney se atrevió a soñar y nos hizo soñar a todos. Pero no fue, ni mucho menos, el único personaje que, guiado por su pasión, se hizo inmortal. De hecho, las personas exitosas tienen este elemento en común: les apasiona lo que hacen y esta pasión les ayuda a superar los momentos difíciles, a tomar decisiones, a convivir con los fracasos… Pensemos en Coco Chanel, una revolucionaria, libre, mujer elegante y apasionada. quien, ante las limitaciones de su tiempo, cambió el mundo del estilo y la moda para siempre. O Steve Jobs, el padre visionario de Apple o Pixar que dijo con razón: “Tienes que encontrar lo que amas. La única manera de hacer un gran trabajo es amar lo que haces. Si aún no lo has encontrado, sigue buscando».
Japón, país puntero en cuanto a innovación en muchos sectores, principalmente en el campo de las nuevas tecnologías o de la automoción, también nos deja nombres para esta lista. Uno de ellos es el de Akio Morita o Mr. Sony, como también se le llama. Muchos de los éxitos de este gigante de la electrónica (desde el Walkman hasta la PlayStation) se deben al fundador de la firma japonesa. Su pasión por la electrónica nació a los 10 años, cuando tuvo su primer acercamiento con un fonógrafo, lo que le dio un gusto particular por la música clásica. Morita era el heredero de una importante cervecería de sake, pero siguió su vocación y dejó de lado el negocio de las bebidas para invertir su tiempo y esfuerzo en lo que realmente amaba.
En el campo de la automoción destaca Yoshisuke Aikawa. El líder cambió para siempre la cara de la industria automotriz japonesa y al frente de Nissan supo impulsar y posicionar la producción de vehículos 100% japoneses en un momento en que este mercado estaba dominado por marcas occidentales. Y para lograrlo, partió de los peldaños más bajos. De hecho, en 1903, cuando ya tenía la carrera de ingeniería y cursaba un posgrado, ocultó su formación universitaria y empezó a trabajar como mecánico, primero en Shibaura Seisakusho (ahora Toshiba) y después en una fábrica de hierro fundido en EE.UU. . Con este equipaje a la espalda y una firme apuesta por la innovación y el servicio a las personas, regresó a Japón, fundó varias empresas y reestructuró otras, hasta convertirse en el fundador y presidente de Nissan en la década de 1930.
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